Entre el Garona y la Dordoña, el Entre-deux-Mers – el interior de Burdeos, contrasta con la planificación urbana de Burdeos y ofrece como un jardín de delicias cuidadosamente cultivado. Este país de bastides, molinos fortificados e iglesias románicas mejor viajado en bicicleta, para apreciar mejor las colinas hasta donde alcanza la vista y los paisajes de viñedos que le dan ese aire toscano. Tranquilo sin ser nunca monótono, estos paisajes invitan a compartir y a la autenticidad. La multiplicidad de sus terroirs, su patrimonio y actividades harán las delicias de todos los amantes de los viajes.